Es incuestionable el crecimiento de nuestra ciudad, Rubí. La cuarta ciudad del Vallés Occidental y la decimoquinta de Catalunya.

Creció de forma exponencial en los años 50-70 y aquel pueblo de “noies maques i bon vi” pasó a ser la ciudad catalana más industrializada. Grandes flujos de inmigración del resto del estado habitaron su demarcación y hoy cuenta ya con más de 80.000 habitantes.

Su paralela y progresiva transformación ha sido evidente. Su antigua estación de tren-FGC hoy es un espacio expositivo municipal. Desapareció su paso a nivel con su campana al igual que la conocida churrería en su esquina de la plaza del Doctor Pearson, la popular “plaça del Domènech”.

Desde 1993 disponemos de un trayecto ferroviario subterráneo que ya no separa los barrios Rubí-2000 y Las Torres con una nueva estación que se inauguró en 1993, coincidiendo con el 75 aniversario de la llegada del tren a nuestra ciudad.

El mercadillo de los sábados que se instalaba en la plaza Pearson desapareció y emergió el emblemático elefante Bòdum (1978). Aquel popular mercadillo luego pasó a ubicarse en l´Escardivol, posteriormente en la zona de la Josa en plana de Can Bertrán y hoy en día en Can Sedó.

Colindante en sentido sur con esa vieja estación ferroviaria, se encontraba el campo de fútbol de nuestra Unió Esportiva Rubí, hoy zona de aparcamiento y el edificio Rubí Forma.

A finales del siglo XIX el cementerio de Rubí, por cuestiones sanitarias, se ubicaría a las afueras de la villa y en unos terrenos propiedad de la entonces poderosa Marquesa de Moja, justo donde hoy se encuentra la Plaza de la Sardana, cerca de la desaparecida Font del Bullidor.

A un lado del Colegio Maristes de Rubí, sentido Plana Can Bertrán, se encontraba una de las primeras grandes fábricas de nuestra ciudad, la BJC (la ¨Josa”), con varias naves en un amplio espacio hoy ya urbanizado y con el torrente de Ca n´Oriol canalizado por grandes tubos de metal en sus profundidades y que discurre por debajo del carrer Torrent de l’Alba. Hoy, la BJC se encuentra ubicada en el polígono La Llana.

El ambulatorio de calle Pitágoras desapareció. Seguimos contando con el CAP Mutua, ahora también CUAP, además de con otros 2 CAPS. Se discute la necesidad de un cuarto centro asistencial y llevamos años reivindicando el polémico hospital Vicens Ferrer rubinense.

El cuerpo policial Mossos d´Esquadra se implanta en Rubí en 2006. Antes contábamos con comisaría de Policía Nacional en aquel edificio triangular entre placa Catalunya y Dr. Guardiet ya demolido y hoy en día tiene su comisaria a pocos metros. En su planta superior de aquel edificio se encontraba nuestra primera biblioteca municipal Mestre Martí Tauler hoy ubicada en el espacio del desaparecido Sector 8 de la original empresa BJC referida anteriormente.

Nuestro flamante Casino fue punto de diversión en los 70-80 con habituales actuaciones musicales relevantes del momento como Manolo Escobar, Karina… y hasta combates de boxeo. Delante, la plaza Catalunya popularmente conocida como “Plaza del surtidor” al disponer en su centro de un estanque con un surtidor de agua. En dicha plaza se colocaba l´envelat de Festa Major antes de ubicarse en la avinguda de Barcelona, casi delante del legendario Can Gori. Ahora el escenario central de nuestra fiesta grande se ubica en l´Escardivol.

En los 70 ya contábamos con el primer supermercado de Rubí, La Cooperativa Rubinense, hoy reconvertido en el edificio central de Juzgados de Rubí. En la Placa Salvador Allende se encontraba la institución y local social de La Cooperativa con su ¨Pista” polideportiva con cancha de básquet y escenario fijo donde habíamos visto a La Trinca, Elèctrica Dharma y hasta a un inicial y desconocido Joaquín Sabina con su grupo Viceversa. En una esquina de aquella parcela estaba el extinto Cuartel de la Guardia Civil.

Nuestra calle Mayor (avda. Barcelona y Francesc Macià) contaba con una gasolinera (gasolinera Corral) en un difícil giro en que los primeros grandes camiones que atravesaban nuestra ciudad procedentes de Barcelona y que se dirigían tierra adentro (Terrassa, Sabadell, Manresa, etc) tenían que atravesar nuestro núcleo urbano sentido norte por librería Pallarols, La Castellana, farmacia Serra, Casino y Mutua de Terrassa. Era evidente que ese tráfico tenía que salir del entonces núcleo urbano. Así, En 1978 se inauguraba la “Avenida de Carrero Blanco” (hoy Avinguda de l’Estatut) con un trayecto de 2,3 kilómetros, entonces a las afueras de nuestro Rubí. Atravesaba campos periféricos en donde el barrio de Ca n´Oriol apenas estaba edificado. La autopista C-16 (túneles de Vallvidrera), de peaje, aún no había destrozado nuestro Can Tiraïres entre el golf y el barrio El Pinar.

El trazado de esa vía era la carretera de Gràcia-Manresa, luego BP-1503 competencia de Diputación de Barcelona. Rubí creció y creció y todos los barrios colindantes a esa agresiva carretera de enlace, con 5 carriles de asfalto (incluidos arcenes propios de una carretera intercomarcal), que cada vez ha ido dañando más al municipio. Dividía la ciudad de forma voluntaria, agredía y reincidentemente lesionaba a sus usuarios, cuando no mataba, incluso al atravesarla para ir al “otro Rubí”.

Esa vía ha dejado de ser periférica para adentrarse y ser casi el núcleo de nuestro Rubí. Desde 2019, nuestro Ajuntament tiene plenas competencias sobre ella y nos seguimos jactando en proclamar que es una “calle nuestra más”. Multitud de veces se han dado argumentos, aceptados por la casa grande, que debe de transformarse y adecuarse acorde a “una calle más¨: pacificada, amable, tranquila, sociable, paseable, verde, actual y vanguardista, algo que se ha prometido durante varias legislaturas (más de 15 años) y sus correspondientes votables programas electorales electoralistas.

Así, Rubí debe estar orgulloso de muchas cosas, de su Illa de Vianants, de los 100 años de historia de su Esbart… pero desde hace años esa Avinguda de l´Estatut le resta en compromiso, en implementación y en calidad humana de todos los rubinenses.

Seguirán Rubí y su Avenida de l’Estatut transformándose?

 Jesús Mairal